UNA PARTIDA DE CAPABLANCA Y MÍ VIVENCIA FRENTE AL AUTISMO: LA AVENTURA DE HACER UN CUENTO

Lo que a continuación van ha leer apreciados lectores, llevo mucho tiempo pensándolo, esperando el momento de serenidad preciso, que me permitiese describir con palabras adecuadas y de la forma más cercana a la realidad, lo que para mí fue una experiencia enriquecedora, única e inolvidable. Yo soy un Médico Veterinario aficionado al ajedrez; mí experiencia en educación es producto de ser Profesor de la Universidad del Zulia por 24 años en el área de Farmacología y Toxicología Veterinaria, con Doctorado en el área, realizado en la Universidad Complutense de Madrid. Esto lo menciono, no para soportarme en mis “méritos curriculares”, si no, al contrario, para resaltar mí total ignorancia sobre lo que especialistas en el tema denominan el espectro autista.


Lo describo como un cuento. Comenzó un día sábado por la mañana, preparado como estaba para dar inicio a un taller donde se impartirían a niñas y niños, las nociones básicas para jugar al ajedrez, es lo más a lo que me atrevo, pues como insisto en mencionar, soy simple aficionado a éste maravilloso “juego”. Había muchos participantes y el ambiente era de gran entusiasmo. La actividad que cada sábado durante los siguientes seis meses aproximadamente tendría lugar, había comenzado. Con el transcurrir de cada semana, llamo mí atención por varias razones el comportamiento de uno de los niños, pues demostraba gran capacidad para comprender diversos elementos básicos del juego como los movimientos de las piezas, el jaque, el jaque mate, la amenaza y la defensa; pero también destacaba por su irritabilidad, su aislamiento respecto de los otros niños y probablemente también por su poca capacidad para expresarse y sobre todo para mí, por su actitud, que sugería mantener un interminable diálogo interno. Yo era simple espectador de tales características, sin poder emitir algún juicio de valor fundamentalmente por mí desconocimiento científico-académico de temas relacionados a la psicología y menos aún, psicología de niños. Los seis meses de clases sabatinas transcurrieron y el taller llegó a su fin. La abuela del niño, que cada sábado le acompañaba a las clases y con quién apenas había mantenido comunicación, mas allá de un respetuoso saludo, se acerco a mí para plantearme la posibilidad de que su nieto continuase con las clases de ajedrez a modo particular. Yo acepte.

A la siguiente semana asistí a mí compromiso. Sentí la impresión de que el ambiente había sido preparado con gran esmero. En su casa, conocí a la madre del niño. En el espacio escogido había una mesa y un tablero de ajedrez, ambiente separado de otro por una gran puerta corrediza de vidrio, desde donde madre y abuela del niño conversaban, pero también observaban el transcurrir de la clase con atención. La labor de enseñanza duró aproximadamente solo dos meses, y dos clases por semana. Al principio, el niño mostró un comportamiento similar al que había observado durante el taller, con algunas cosas que puedo añadir: prefería ir a jugar con video juegos que jugar al ajedrez, cuando lograba con ayuda de su madre y abuela que permaneciese en la mesa frente al tablero, lo hacía demostrando una actitud de disgusto e inconformidad, que expresaba en su rostro mirándome fijamente con el ceño fruncido. Recuerdo que en una ocasión llego a decirme que no quería que estuviese en su casa. Era ya la tercera semana y, para mí sorpresa, abuela y madre me despedían al final de la tarde diciéndome ¡Le esperamos Profesor para la siguiente clase! Llegue a estar completamente desconcertado. Reflexionando al escribir éstas lineas ¡Aún no sé porque continué! ¡Pero lo hice! Así, ante tal situación, donde mí mayor preocupación era captar el interés del niño por el ajedrez, más que disminuir su rechazo hacia mí, no sabía que hacer. Mí cabeza no descansaba buscando la manera de lograr el objetivo.

 Una tarde, justo antes de comenzar la actividad diaria, decidí probar una nueva estrategia y me dije: “Voy a convertir la partida de ajedrez, en un cuento para el niño”. Simplemente se me ocurrió. Así que obvié unos ejercicios de mate en una jugada que llevaba preparados como actividad para ese día y comencé a contar el cuento de la partida entre José Raúl Capablanca frente a Bashtirov. Una Apertura Italiana jugada en el año 1.914 en San Petesburgo y que, de lo poco que sé de ajedrez, ésta, la sé de memoria porque me gusta mucho. El improvisado cuento que ahora narro probablemente dejando escapar algún detalle, había comenzado: Dos grandes guerreros, cada uno con un poderoso ejercito, hacía muchos años ya, preparaban la batalla, donde ganaría, quien lograse atrapar el Rey contrario. Cada vez, un ejercito llevaba un uniforme blanco y el otro negro, y que si nadie ganaba, a la siguiente batalla, cambiarían y siempre comenzaría quien llevase el uniforme blanco (recuerdo que decidí no utilizar la palabra muerte en el relato). El rey blanco decidió comenzar enviando a su mas fiel soldado, justo delante de él, a explorar el campo. Lo mismo hizo el Rey vestido de negro 1. e4 e5 Por su habilidad para saltar pidió el Rey blanco a su caballero con su caballo salir a la batalla 2. Cf3, lo mismo hizo bella dama vestida de negro 2... Cc6. Por su velocidad, ambos ordenaron a su alfil ubicarse en una buena posición para atacar un punto cercano al Rey contrario. 3. Ac4 Ac5 Con un soldado ya en el centro del campo de batalla, ahora el Rey blanco pensó que era necesario colocar otro soldado en ese lugar, pero necesitaba el apoyo de uno de sus compañeros 4.c3 Observando que uno de los soldados contrarios (tampoco quise utilizar la palabra enemigo) el caballero del Rey negro salto rápidamente para amenazarle 4... Cf6. Siempre valiente el soldado blanco dio dos paso al frente para cumplir con la misión que le habían encargado 5. d4 Dos valerosos soldados, uno blanco, uno negro, quedaron fuera de combate 5... exd4 6. cxd4 Y el veloz alfil negro que ya estaba preparado, por primera vez pudo atacar al Rey negro 6... Ab4+ ¡Jaque! 


 Pero inmediatamente fue defendido por el caballero de la Reina colocando su caballo en la diagonal de ataque 7. Cc3 Sorprendido, al gran caballero negro que ya estaba dispuesto a la batalla, no dudó en dejar fuera de combate a otro soldado blanco 7... Cxe4

A medida que transcurría mí improvisado relato, observaba como el niño cedía en la actitud descrita al principio y aproximadamente para éste momento, no quitaba la vista de las piezas sobre el tablero, mostrando gestos que hasta ese momento no había observado, por ejemplo, con la última jugada de las negras, probablemente porque era él quien las movía, mostró una amplia sonrisa. Esto me lleno de ánimo para continuar con mí historia: Sintiéndose amenazado, el Rey blanco decidió buscar refugio alejándose del centro de la batalla y sin perder tiempo, también dispuso un rápido y poderoso cañón para continuar la lucha 8. 0-0 El veloz alfil negro fue sobre el caballo de la dama blanca y un soldado blanco sobre el caballo de la dama negra 8... Axc3 9. d5 Con dos de sus mejores luchadores amenazados, el Rey negro ordeno al alfil que se retirara, sin embargo, el poderoso cañón blanco entro en acción y amenazó el otro caballo negro.


El Rey negro tenía nuevamente que decidir a quien proteger, y le dijo a su alfil y al caballo de la Reina que regresasen  9... Af6 10. Te1 Ce7 La torre blanca quitó del camino el caballo adversario y un soldado negro avanzó lo suficiente para dejar salida al alfil de la dama, sin embargo, el alfil de la dama blanca salió primero 11. Txe4 d6 12. Ag5 Los dos alfiles lucharon muy fuerte y finalmente ambos salieron de combate para que el poderoso caballo del Rey blanco se colocase en una posición más avanzada y amenazante. El Rey negro busco rápidamente refugio, pero algo inesperado estaba por suceder 12... Axg5 13. Cxg5 0-0 14. Cxh7 



¡Los dos ejercitos estaban impresionados! ¡Hasta los propio Reyes! Al ver la valentía del caballero, que destruía el castillo del Rey negro sin importarle que ya no continuase en la batalla. Pronto, la Dama blanca junto a la torre de su Rey, se pusieron de acuerdo para intentar acorralar al Rey negro 14... Rxh7 15. Dh4+ Rg8 16. Th4 Un soldado de los vestidos de negro y la torre , abrieron camino a su Rey para que escapara, pero pronto el alfil del Rey blanco ocupó una nueva posición para evitarlo, y la torre de su Reina ocupó el único camino despejado para entrar en el campo contrario 16... f6 17. Ad3 Te8 18. Te1 

En éste punto más o menos culminante de la partida, el niño mostraba gestos de gran emoción y hacía comentarios sobre el desarrollo del cuento, recuerdo claramente estos ¡El Rey negro escapará! ¡Parece que lo van a capturar! Nunca antes lo había hecho, lo que me lleno de gran satisfacción y pensé haber logrado mí objetivo: captar el interés del niño por el ajedrez. El cuento no había terminado. Un soldado negro protegido por el alfil de su Reina, quiso impedir las amenazas del alfil blanco, pero la torre blanca se interpuso colocándose un un punto importante del territorio del ejercito de las negras 18... f5 19. Te6 El alfil negro de la Reina intentó ir a la batalla, pero ya todo estaba decidido, el Rey blanco había ordenado a la torre el plan secreto 19... Ad7 20. Tf6 y el Rey negro fue finalmente encerrado 20... gxf6 21. Dh8 jaque Rf7 22. Th7 jaque Rg6 23. Tg7 Jaque Mate.


De aquí en adelante esta fue la estrategia de enseñanza utilizada; la actitud del niño hacía el ajedrez y hacia mí cambió radicalmente. Ahora asistía con atención y agrado a cada clase. La sorpresa sería entonces para mí: Una tarde al terminar la clase, la Madre y la Abuela del niño en el mismo sitio donde tenía lugar la actividad, se reunieron conmigo y me preguntaron: Profesor ¿Ha observado algún cambio en la conducta del niño? ¡Por supuesto! Conteste. ¡Nosotras también! Dijeron. Y entonces me explicaron: El es un niño diagnosticado con Síndrome de Asperger. Yo sinceramente no sabía de que se trataba. Finalmente me explicaron que ese diagnóstico estaba incluido en lo que especialistas llaman "espectro autista" . Sin querer hacer mas larga la experiencia que narro, debo finalmente decir que, desconozco si el ajedrez es útil como terapia complementaria para estos niños, pero en ésta experiencia se observaron cambios positivos en la conducta. Por eso quise contarla. Considero que puede ser útil desde el punto de vista científico a los especialistas en el tema, a sus Padres, Madres, Abuelas, Abuelos y todo el entorno familiar, pero sobre todo, a esos niños y niñas, sin duda con cualidades excepcionales que pienso no conocemos, pero estamos en el deber de hacerlo, probablemente para ayudarlos, o quizás, para que ellos nos ayuden a nosotros. Ojalá la narración de ésta experiencia pueda ser útil.  A la familia que me brindó su confianza, mí agradecimiento.



  




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